Dios está de moda

Yo soy monoteísta convencido. Dios es único y vive en EEUU, tiene 67 años de nada, es judío y se llama Robert Allen Zimmerman.

Aunque a él le moleste e incluso le ofenda, Dylan es Dios. Es así. Es Dios porque nadie es capaz de contar lo que él cuenta y de la forma que lo cuenta. Es Dios porque nadie es capaz de hacer sentir lo que él hace sentir con una no tan simple canción: ¿A caso Hurricane no es todo un Evangelio?

El tema es que Dylan está de moda. Sí,lo está: primero, le dieron un Principe de Asturias -que no recogió: me divierte pensar que si fuera español sería republicano- y hace unos días le dieron un Pullitzer.

Pero dejando merecidos premios a un lado, en los últimos tiempos la figura de Dylan se está poniendo sospechosamente de moda como si de un chikilicuatre más se tratase. Algún tarado le convenció para que apoyara la Expo: se la vendieron como una buena causa y el bueno de Bob cedió A hard rain’s a-gonna fall para promocionarla -previo paso por caja, imagino, que Dios es bueno pero no tonto-. Más tarde, Amaral y el tipo del gorro acuchillaron la canción en plena Plaza de España y para colmo en Jaén van a utilizar el concierto que Dylan va a dar por allí para promocionar el aceite de oliva: eso sí que es un sacrilegio y no mear en una pila bautismal.

Temas de marketing a parte, hoy he tenido una aparición, he vivido toda una epifanía. Dios ha llegado a mí en forma de vinilo. Quizá Modern Times no sea su mejor disco, pero es un gran disco, un disco enorme que todo el mundo debería escuchar.

Con casi 70 años y como se preguntaba el gran Quique González, es jodido saber cómo ha podido hacer algo tan bueno. Sólo hay una respuesta: siendo Dios. Sólo siendo Dylan se puede hacer un temón como When the deal goes down.

La edición en vinilo es todo un lujo, una joya para sibaritas de lo musical. ¿Romanticismo o esnobismo? ¡Qué más da!. Los últimos acordes de Someday Baby suenan: es momento de darle la vuelta al disco.

~ por Jorge Barbó en abril 13, 2008.

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